REFLEXIONES DE LA PALABRA (CCCX). Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo
Hoy celebramos
el último domingo del Año litúrgico, en el que celebramos la solemnidad de
Jesucristo, Rey del Universo, principio y fin de todas las cosas. Domingo tras
domingo, siguiendo el Evangelio de san Mateo, hemos ido celebrando el misterio
del Señor Jesús: su nacimiento y su infancia, su vida pública, su pasión,
muerte y resurrección, su ascensión a los cielos; hemos escuchado su palabra,
hemos contemplado sus obras... y Él nos ha invitado a seguirle.
Por tanto, la
celebración de la fiesta de Cristo Rey es el broche de oro del Año litúrgico y
de toda la historia, y nos recuerda que todo está orientado hacia Cristo, a
quien se le someterán todas las cosas, y que vendrá con gloria a juzgar a toda
la humanidad, separándonos de acuerdo a nuestra conducta para con el prójimo.
Ya el profeta Ezequiel afirma que Dios distinguirá entre oveja y cabra, entre
carnero y macho cabrío. Pues bien, Jesucristo es el Buen Pastor que cuida de su
rebaño, y que ha de juzgar a cada una de sus reses.

Vamos a
pedirle, pues, a la Virgen María, Reina de cielos y tierra, que nos ayude a
reconocer que Jesucristo es nuestro pastor y que nada nos falta con Él, que es
nuestro Señor, nuestro Rey, y nuestro Dios.
Mn. Ramón Clavería Adiego;
Director espiritual de Canal Romero.